Aquellos tiempos en que la domótica era un dolor de cabeza para el arquitecto, la constructora y el usuario, parecen estar quedando atrás. Altos precios, desconfiguración reiterada del sistema, resultados pocos estéticos, y el desconocimiento general sobre su correcta instalación y manejo, derivaban en un proceso engorroso que nos impulsaba a desechar la idea de automatizar nuestros proyectos.
Hoy en día, la situación ha cambiado y desarrollar un nuevo proyecto sin considerar la domótica parece algo absurdo, ya que su costo es ínfimo dentro del total de la obra. ¿Cómo y por qué incorporar la domótica en nuestros proyectos? Revisa una serie de consejos para aplicarla efectivamente, gracias a la información que AVE Chile ha compartido con nosotros.
1. Experimentar la domótica es clave para entender su valor
La gran mayoría de las personas que alguna vez han habitado un espacio automatizado, difícilmente se sentirán cómodos al volver a los sistemas tradicionales. Para convencer a un cliente nuevo, es clave que puedan experimentar in situ los beneficios de la domótica: probar las distintas opciones de un panel de control, manejar las condiciones ambientales de un espacio, cambiar la intensidad y el color de la luz, ajustar la temperatura, y/o interactuar con los distintos tipos de interruptores y sus sensores. Revisa en detalle las opciones de automatización aquí.
2. El usuario debe identificar lo que realmente quiere controlar
El entusiasmo que genera la domótica puede impulsar al usuario a querer controlarlo todo, sin demasiado sentido. Por definición la domótica busca ser inteligente en forma global, por lo que debe funcionar como un sistema que facilite los procesos, sin complejizar la vida del usuario innecesariamente. Automatizar el funcionamiento de una plancha o una cafetera, por ejemplo, puede no marcar una real diferencia en la calidad de vida del usuario; programar el encendido de luces, alarmas y/o la calefacción en ciertas horas del día, sí.
3. Es más efectivo aplicar la domótica para 'generar soluciones integradas', que utilizarlo para cumplir funciones individuales
Una vez identificadas las necesidades del usuario, es recomendable planificar soluciones integradas que permitan programar y controlar ambientes. Por ejemplo, al seleccionar un ambiente predefinido para la noche, el sistema ejecutará, en un sólo proceso, la atenuación y el apagado de luces, el cierre de cortinas, y la activación de la alarma. Esto no impide el manejo de cada opción por separado, pero es más fácil y efectivo considerarlas, desde un inicio, como respuestas en conjunto.
4. No existen diferencias entre un plano eléctrico tradicional y un plano de domótica
Para llevar el proyecto de domótica a la obra construida, el arquitecto simplemente debe definir las ubicaciones de los interruptores y otros dispositivos, y las funciones específicas de cada uno de ellos. Con este plano, la empresa encargada de la instalación de los sistemas automatizados se encarga de intervenir la instalación eléctrica en obra, dándole al especialista la instrucción de incorporar el cableado requerido por la domótica. Este cableado UTP (Unshielded Twisted Pair) es mucho más sencillo que el utilizado tradicionalmente, y ocupa un solo ducto.
Es importante señalar que la domótica debe incluirse en el plan de construcción antes de comenzar la obra gruesa, ya que en fases más avanzadas se complejiza el proceso completo.
5. En medio día, un especialista eléctrico puede aprender a instalar un sistema domótico
No es necesario que el especialista eléctrico elegido por el arquitecto o cliente sea un experto en domótica para poder instalarla. La capacitación relacionada con este proceso puede realizarse en sólo algunas horas.
6. Correctamente programado, el sistema domótico reduce enormemente el gasto energético del edificio
En el caso de los hoteles, la domótica permite que los espacios y habitaciones que no están en uso se mantengan totalmente apagados, llevando un control detallado del uso que cada huésped le da a cada recinto. Por ejemplo, si un huésped tiene encendida la calefacción en su habitación y abre una ventana, el sistema térmico se apagará para evitar ese gasto energético. Incluso durante la noche, mientras el huésped duerme, el sistema puede programarse para reducir la temperatura levemente, ahorrando una gran cantidad de energía sin que el usuario lo note.
Además, en edificios que utilicen sistemas trifásicos, es posible determinar un consumo energético mensual máximo, evitando que el gasto sobrepase el límite predeterminado al final del mes. El panel de control le entrega al usuario un completo detalle de este consumo; diario, semanal, mensual o anual.
7. La domótica permite mejorar la calidad de vida de adultos mayores o personas en situación de discapacidad
A través de paneles de control centralizados y sensores de movimiento, la domótica puede facilitar y apoyar en gran medida la manera en que los adultos mayores o personas en situación de discapacidad habitan sus espacios cotidianos. Entre otros beneficios, es posible programar el encendido de luces a cierta hora del día, aumentando su intensidad con el paso de las horas, o encenderse y apagarse automáticamente cuando la persona ingresa a ciertos recintos. Además, personas con el mal de Parkinson u otras enfermedades motrices pueden resolver el manejo de los interruptores sin necesidad de tocarlos.
8. Integrar las alarmas en el sistema domótico permite controlar intrusiones o peligros a distancia
Incluir la alarma en un sistema domótico evita la necesidad de conectarse a una central, notificando directamente al usuario en su teléfono móvil y mostrando detalladamente que puerta o ventana ha sido manipulada. Si se han incluido cámaras de vigilancia, es posible ver en tiempo real lo que está pasando en el edificio.
En el caso de otros peligros, como una fuga de gas o de agua, el sistema avisa al usuario para cerrar el paso de estos elementos, mientras se encuentra una solución definitiva al problema.
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Nota del editor: Este artículo fue publicado originalmente el 8 de enero de 2019.